Estaba nervioso. Muchos días de travesía en aquel barco que le
Dejaba en Miami. El calor húmedo hacía que empapara su camísa de sudor. Cargó su equipaje en la carreta y pidió al mozo que lo llevara a las cuadras oficiales.
Aquel mozo hablaba sin cesar cual pastor de almas, pero él solo pensaba en encontrar una montura para salir rumbo al Oeste.
Al llegar a la cuadra allí la vió... Le habían hablado de aquel tipo de yeguas dóciles, resistentes, de pelaje cobrizo, pata corta, cascos duros y mirada profunda.
El tratante le ofrecía caballos más grandes, pero la decisión estaba tomada. Era tarde, estaba cansado y "Darling" tenía que pasar por el herrador y comer una buena cantidad de alfalfa para el tute que se iban a dar.
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