La estufa se apagó ayer y la estancia se enfrió poco a poco. Deben de ser las 4'30 a.m.
Recojo y a las 5 estoy en marcha.
En la tundra veo un oso Grizzly,, grande, enorme, que huye despavorido cuando oye el motor de mi moto.... Mejor!!!
El camino de vuelta es mejor que el de ida."Sólo" llueve un par de veces y me encuentro en el camino con una leve rociada que hace que no se levante polvo a mi paso.
Llego a Eagleplains. Un hotel gasolinera en el medio de la nada. Ya he hecho unos 150km y decido comer algo consistente. Charlo con una mejicana que se encarga del servicio de habitaciones del hotel y con la camarera canadiense.
Casi sin darme cuenta me paso dos horas poniéndome al día en Internet. No se si llegaré hoy a Dawson City.
Por el camino reconozco a varios cicloturistas de los que me habló Álvaro Neil, biciclown. Uno de ellos, el Kiwi (Neocelandés) Terry que estuvo con Álvaro hace pocos días y al que sorprendo llamándolo por su nombre. Diez minutos hablando con él sobre las condiciones del camino y un “hasta siempre!.
El otro cicloturista, Ethienne, un chico de Quêbéc, con el que coincidí en el mirador que hace de hito del Círculo Polar Ártico cuando iba hacia el norte. También me despido de él después de preguntarle si necesita algo, pero lleva de todo un poco.
Los kilómetros se suceden, voy muy fatigado y tengo que parar a echar una cabezada y a 100km de Dawson City sello mi pasaporte de paso por la Dempster HW en un centro de interpretación de la naturaleza.
Me ofrecen un té caliente de plantas de la zona y como tengo un poco de frío y estoy mojado la acepto.
Hay poca faena y la chica que me atiende, Cintia (también de Quêbéc, me pide que le hable en castellano. Hablamos de muchas cosas y me ofrece reconocer cráneos de animales y sus pieles respectivas.
El cansancio, el té y la buena compañía hacen el resto. Me quedo a dormir en Tombtone. A media ronda de reconocimiento de la zona de acampada aparece Ethienne. Hoy ha hecho 120km, EN BICI!!!! , por una carretera de grava.
Las chicas del centro de interpretación nos ofrecen un chocolate caliente, que tomamos gustosos y nos invitan a una charla sobre mariposas.
Mientras que montamos las tiendas Ethienne y yo hablamos de chicas. Ethienne estuvo estudiando en Barcelona y vivió en el Raval, donde las prostitutas digamos que no se esconden mucho para ejercer.
A lo tonto llegamos tarde a la charla sobre las Mariposas y nos dejan la estancia, un comedor cabaña, para nosotros con una estufa cocina en el centro. Ethienne enciende el fuego y cocina sus alimentos, yo con el té tengo suficiente y como si de una cerveza se tratara nos desenreda la lengua y hablamos de política.
En el campamento abundan las grandes autocaravanas, enores pickups con semirremolques vivienda, unas pocas tiendas de campaña, todas con su fogata encendida en la puerta……. Pero reina el silencio en el que encontramos un plácido sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario